ORIGENES DEL TATAMI PARA ARTES MARCIALES

ORIGENES DEL TATAMI PARA ARTES MARCIALES

tatami

Los japoneses no inventaron este revestimiento flexible del suelo, formado por grandes piezas rectangulares, para las artes marciales. El tatami – palabra derivada del verbo japonés tatamu, «doblar» – apareció en la historia de la arquitectura mucho antes de que los judokas empezaran a luchar.

Originalmente, la palabra se refiere sólo a una pequeña estera rectangular -hecha de capas de paja de arroz cruzadas, comprimidas y cubiertas con una capa más preciosa de junco- que, durante el periodo Heian (794- 1185), se utilizaba como asiento en los suelos de las residencias aristocráticas. Cuando el poder feudal de los samuráis se afirmó hacia el año 1300, tomaron la costumbre de cubrir los suelos de las salas de recepción de sus palacios completamente con tatami. Así nacieron los washitsu, habitaciones enteramente cubiertas con tatamis combinados en forma de tablero de ajedrez, que a lo largo de los siglos se convirtieron en el elemento básico de la arquitectura shoin, inspirada en el budismo zen. A finales del siglo XVII, la mayoría de las clases sociales japonesas comían y dormían en ellas. Sólo la modernización que acompañó a la era Meiji (1868-1912), en la que los suelos de los edificios contemporáneos se cubrieron cada vez más con cemento o parqué, redujo el lugar del washitsu.

LO NUEVO

Sin embargo, cuando Jigoro Kano inventó el judo en 1882, los tatamis aún ocupaban un lugar destacado en la cultura japonesa. Al crear la primera de las artes marciales japonesas modernas -el budo, que también incluiría el karate, el aikido y el kendo- este hombre pequeño y enclenque, que había aprendido el muy agresivo ju-jitsu de los samuráis para defenderse mejor del acoso de sus camaradas, lo transformó en un conjunto de técnicas defensivas.

Judo significa «camino de adaptación»: en lugar de resistirse al adversario, este arte anima a volver la propia fuerza contra él. También es una filosofía, que Kano destinó a la educación de la mente y el cuerpo. Así, estableció su primer dojo – «lugar donde se estudia el camino»- en un templo budista, cuyo suelo estaba cubierto de tatamis.

Cuando el judo se extendió por todo el mundo durante el siglo XX, conservó todos sus preceptos y códigos originales. En los dojos modernos, el suelo está igualmente cubierto de tatamis, que forman un gran cuadrado -el área de combate- de ocho a diez metros de lado. Los tatamis, que ahora suelen ser de espuma aglomerada, miden un metro por dos metros, frente a los 91 cm por 182 cm de la cultura tradicional japonesa: por tanto, se necesitan entre 32 y 50 para conformar la zona de combate, según un montaje muy preciso.

Y cada lado de este cuadrado tiene un valor simbólico: el kamiza, teóricamente situado al norte, es aquel por el que entra el maestro. Recibiendo la luz procedente del sur en su cara, debe transmitirla a los alumnos, que, de espaldas al sol, todavía en la sombra, entran por el lado opuesto, la shimoza. La enseñanza puede comenzar.

Tatami: la elección natural para las artes marciales

Tanto en los entrenamientos como en los combates, las artes marciales implican una gran proximidad entre los deportistas y las caídas son frecuentes. Además, una gran parte de la formación tiene lugar sobre el terreno para muchas de estas disciplinas. Los artistas marciales casi siempre entrenan descalzos y sin mucha protección física.

Por todo ello, el suelo de la zona de entrenamiento debe cumplir una serie de requisitos esenciales para ofrecer una seguridad total a los deportistas como indican desde www.suelosport.com , web especializada en todo tipo de suelos deportivos.

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5 ventajas del suelo Tatami

Las características del suelo Tatami lo convierten en la solución ideal para todo tipo de artes marciales. Fabricado con espuma EVA, es tan seguro que este material también puede utilizarse para cubrir las zonas de los niños.


El tatami ofrece importantes ventajas:

  • Seguro: su densidad equilibrada absorbe los impactos y evita las lesiones. Su composición no es tóxica.
  • Confortable: acolchado, ofrece mayor comodidad y estabilidad a los jugadores.
  • Modular : comercializado en baldosas, puede ajustarse perfectamente a diferentes configuraciones y ubicaciones.
  • Fácil de colocar: su práctico sistema de puzzle hace que sea muy fácil de colocar y encajar las piezas a mano.
  • Versátil: las baldosas de tatami son reversibles y pueden utilizarse para instalaciones temporales en interiores o exteriores si el clima es favorable.